viernes, 1 de mayo de 2020

Plataforma para el desarrollo de una App. Android

Una app de Android se compone de varios ficheros. Por una parte, tenemos una serie de clases Java, parte de las cuales son componentes de la app, están predefinidas en la plataforma. Tendremos actividades, servicios y receptores de notificaciones. Las clases auxiliares son creadas desde cero, pueden usar elementos de las librerías, pero no son modificaciones de ellos. Los recursos son elementos estáticos, es decir, que no describen funcionalidad. Por ejemplo, el diseño de un formulario o pantalla de la app, una imagen, un sonido o una secuencia de palabras, lo que se llama un string. Los recursos se usan desde las clases, un manifiesto que describe diferentes permisos y requisitos de la app. Por ejemplo, en el manifiesto indicamos la versión mínima de la plataforma Android que necesita nuestra app para funcionar correctamente o que nuestra app necesita acceder a la agenda.

Los componentes de una app pueden ser actividades, servicios y receptores de notificaciones. Las actividades tienen una interfaz de usuario, el entorno de ejecución de Android necesita que estas interfaces siempre respondan al usuario en poco tiempo. Por ello, impone límites al tiempo que la interfaz puede estar sin responder a eventos en la pantalla. Las tareas de una actividad deben ser, por tanto, cortas. Si necesitas hacer tareas largas, usa servicios (los servicios no tienen interfaz de usuario). Los receptores de notificaciones se usan para tratar los avisos globales del sistema. Ejemplos de estos avisos son los relativos a la batería o a la cobertura de la red móvil. Tampoco tienen interfaz, pero pueden usar la barra de notificaciones.

Los recursos son contenido estático, es decir, no definen funcionalidad, se utilizan desde las clases. Tener los recursos como ficheros independientes, nos facilita, entre otros aspectos, reutilizarlos en diferentes apps, utilizando formatos estándares. Por ejemplo, podemos tener imágenes como mapas de bits. También nos facilita lo que llamamos la internacionalización, es decir, adaptar automáticamente nuestras apps a diferentes idiomas y países. También nos facilita la adaptación automática a diferentes configuraciones de pantalla. Por ejemplo, tamaño, resoluciones u orientaciones.

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Android suministra una serie de recursos estándares que aparecen con la propia plataforma de desarrollo, pero, además, cada una de las apps puede incorporar sus propios recursos. Los recursos se usan en el entorno de desarrollo a través de los correspondientes asistentes automatizados. Algunos de los tipos disponibles son: descripciones de partes de la interfaz de las actividades, menús de las apps, especificaciones de estilo de la interfaz. Por ejemplo, combinaciones de colores, fuentes de letras, tamaños, especificaciones de colores, gráficos en distintos formatos, animaciones, texto, datos como ficheros XML. Cada recurso puede tener asistentes automáticos especializados para su uso en una app. Aquí puedes ver el de diseño de interfaz. Cuenta con un área de dibujo sobre la que colocamos diferentes componentes visuales, para ello solo tenemos que arrastrar y soltar desde la paleta de componentes.

El último elemento que forma parte de cualquier app Android es el manifiesto. El manifiesto define algunas características generales de nuestra app. Las más importantes son el nombre completo de la app (no podemos tener dos apps con el mismo nombre en un mismo dispositivo móvil), los componentes que forman parte de la app (actividades, servicios, receptores de notificaciones), los permisos que necesita nuestra app para funcionar o que necesitan otras apps para utilizarla (por ejemplo, si necesitamos acceso a la agenda), las librerías de código y los niveles mínimo y recomendado de la app y de Android que necesita nuestra app para funcionar.

Aquí puedes ver el aspecto del fichero XML que contiene los datos del manifiesto. Normalmente esta información se gestiona a través de la ayuda integrada en el entorno de desarrollo mediante asistentes automatizados.

Una aplicación de Android se construye a partir de ciertos componentes preexistentes en nuestra plataforma, los que hemos mencionado actividades, servicios y receptores de notificaciones. La elección entre unos y otros depende, por ejemplo, de que nuestra funcionalidad tenga o no interfaz de usuario y de que las tareas sean más o menos cortas. Desde estos componentes de app, utilizaremos ciertos recursos que son ficheros externos. El hecho de definirlos como recursos favorece la reutilización y permite participar a expertos que no son programadores. El último componente de toda app Android es el manifiesto, donde definimos algunas de las características generales de nuestra aplicación. Por ejemplo, su nombre completo, los permisos que necesita para funcionar o los niveles de la app y de Android que requiere. 


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